Explicación detallada de las propuestas filosóficas fundamentales del filósofo francés Jean Jacques Rousseau
EL CONTRATO SOCIAL
En 1762 Rousseau publica El contrato social, libro en el cual se desarrolla lo que podríamos llamar “radicalismo político ilustrado”. Esta obra se inspira en Locke en los siguientes dos puntos:
1. Teoría contractualista del poder político: el poder político es el resultado de un pacto entre las personas.
2. Para establecer el poder legítimo hay que analizar en qué consiste la naturaleza humana. De este modo, el Estado válido es aquel que preserve mejor la naturaleza humana.
Estos dos puntos constituyen el centro de toda la filosofía política moderna que incluye a Hobbes, Locke y Rousseau. Ahora bien, para Locke y para Rousseau la naturaleza humana significa cosas muy distintas.
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LA NATURALEZA HUMANA EN LA
FILOSOFÍA DE LOCKE
Para Locke, antes del establecimiento de un poder político, el ser humano es racional, social y está dotado de lenguaje. Esto permite comprender la existencia de ciertos derechos y deberes:
- Igualdad: todos somos esencialmente iguales
- Libertad: ningún ser humano es dependiente de otro
- Subsistencia: todo ser humano tiene derecho a los elementos mínimos que garanticen su existencia
- Propiedad: el derecho de propiedad es anterior al Estado y uno de los presupuestos para la creación del Estado. El hombre tiene derecho a lo que arrebate a la naturaleza con su trabajo personal.
- Veracidad
- Educación: obligación de educar a los hijos y cuidar a los padres
- Castigo para quien no cumple la ley.
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LA NATURALEZA HUMANA EN
LA FILOSOFÍA DE ROUSSEAU
Para Rousseau, en cambio, la naturaleza originaria del hombre es completamente distinta:
- Los seres humanos no son sociales por naturaleza sino que viven aislados
- Los seres humanos son gobernados por sus pasiones (no son racionales por naturaleza) y sus dos sentimientos fundamentales son
- Amor de sí: deseo de supervivencia y autoconservación
- Piedad: compasión ante el dolor de cualquier otro ser vivo
- Los seres humanos se descubren a sí mismos como libres frente a los demás animales porque pueden decidir realizar o no una determinada acción
- Los seres humanos en estado de naturaleza son iguales
- Finalmente, lo seres humanos tienen una capacitad de desarrollar potencialidades, es decir, son mejorables o perfectibles. Tales potencialidades son:
- Sociabilidad
- Racionalidad
- Lenguaje
Rousseau parte su filosofía de la denuncia de la artificialidad de la vida social y de una crítica de la civilización, interpretada siempre, y sobre todo por la Ilustración, como progreso.El análisis de la sociedad de su tiempo le plantea a Rousseau una cuestión apremiante: ¿hasta qué punto el desarrollo de la civilización y de la cultura, de las ciencias, las técnicas y las artes, comporta para el hombre un desarrollo acorde con su naturaleza más original y propia? Ni el progreso de la civilización conlleva, por sí solo, un progreso en la felicidad y en la moralidad del hombre, ni la organización social y política permiten que el hombre llegue a ser y de hecho sea, conforme a su naturaleza, un ser unitario (no dividido y no alienado) y libre (no encadenado y esclavo). ¿Cómo es posible esa situación si «el hombre es naturalmente bueno»?
Al comienzo de Emilio, Rousseau escribe: “Todo está bien al salir de las manos del autor de las cosas; todo degenera en las manos de los hombres”. Y en Del contrato social: “El hombre ha nacido libre, y por doquiera está encadenado”. “Cadenas de hierro –dice en el Discurso de las ciencias y las artes– que ahogan en ellos [los hombres] el sentimiento de su libertad original”.
El problema para Rousseau no es solo cómo explicar este estado de cosas, sino también, y más urgentemente, cómo salir de él e instaurar un orden nuevo.
EL ESTADO DE NATURALEZA
El problema consiste, pues, en explicar cómo desde su origen y constitución la sociedad ha devenido deficiente e injusta, y cómo habría que reestructurar la sociedad. Y ambas cuestiones en estrecha relación con la naturaleza el hombre, ya que desde esta, según Rousseau, es desde donde hay que explicar y comprender la sociedad. Con este propósito, Rousseau diferencia entre estado de naturaleza (estado natural) y estado social, con el fin de distinguir lo que hay de originario y lo que hay de artificial en la naturaleza actual del hombre, pues “en tanto no conozcamos al hombre natural es vano que pretendamos determinar la ley que ha recibido o la que mejor conviene a su estado” (Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres, prólogo):
1) El estado de naturaleza designa el supuesto estado o situación del hombre con anterioridad a su vida en sociedad, estado en el que el hombre sería bueno y feliz, independiente y libre, y guiado por el sano amor de sí.
2) Por el contrario, el estado social designa la real situación presente en la que, al vivir en sociedad (en determinado orden y estructura social), el hombre se hace malo, está movido por el amor propio o insaciable egoísmo (deviene hombre artificial) y rige la injusticia, la opresión y la falta de una auténtica libertad.
El problema antes indicado se reduce, pues, a comprender el tránsito del estado de naturaleza al estado social. Es necesario señala que el estado de naturaleza (y los conceptos correlativos de hombre natural, libertad natural, etc.) no designa una situación fáctica y empírica, un hecho histórico que se considera con nostalgia y al que se desearía retornar. El estado natural, para Rousseau es “un estado que no existe ya, que acaso no ha existido nunca, que probablemente no existirá jamás, y del que, sin embargo, es necesario tener conceptos adecuados para juzgar con justeza nuestro estado presente”.
El “estado de naturaleza” es, pues, un concepto o categoría
sociopolítica con la cual y desde la cual poder comprender la génesis y la condición de posibilidad de la sociedad, analizar y comprender desde ese fundamento y génesis su estructura, y con relación a ese ideal de naturaleza y de libertad humanas poder enjuiciar y valorar el estado presente y habilitar teóricamente la reestructuración de un nuevo orden social que permita y realice lo que el hombre tiene que llegar a ser porque lo es por su naturaleza.
Por consiguiente, la crítica del injusto orden social y de la cultura no significa en Rousseau el retorno a un estado natural, anárquico (en cuanto libre orden) y de barbarie, sino la transformación de un orden social establecido por la fuerza (Hobbes) y vivido en heteronomía, en un orden establecido en igualdad y libertad y vivido en autonomía.
El verdadero contrato social, para Rousseau, ha de ser un contrato de libertad. Pero ello no significa, en modo alguno, que en el orden social y político establecido por el contrato social no haya y tenga que haber sumisión y obligatoriedad de la ley.
El carácter genuino del problema está, al contrario, precisamente en el sentido de la sumisión a la ley y en el sentido de la libertad. En efecto, “el problema fundamental del cual el contrato social da la solución es encontrar una forma de asociación […] por la que cada uno, uniéndose a todos, no obedezca, sin embargo, más que a él mismo, y permanezca tan libre como antes” (Del contrato social, libro I, cap. VI).
En el contrato social rousseauniano, por el que se pasa de una libertad natural a una libertad civil y política, se da una voluntaria y libre alienación, una desposesión de lo que pertenece al hombre natural, pero no en favor de una voluntad individual, sino en favor de toda la comunidad, viniendo así a crear una unión social perfecta, cuya expresión y principio rector es la voluntad general.
Los hombres no se someten sino a la ley que ellos mismos se han dado. El sometimiento a la ley lo es a ellos mismos, que libre y racionalmente se han impuesto la ley. Con ello, los hombres han pasado de un estado natural y de necesidad, a un estado basado en la razón y fruto de la libertad, estando semejante comunidad social muy por encima del estado de naturaleza.
“Al darse cada uno a todos los demás no se da a ninguno en particular y, como no existe ningún miembro de la comunidad sobre el que no se gane el mismo derecho que a él se le permite sobre uno mismo, así cada uno recobra lo que entrega en la misma medida, y recibe, al mismo tiempo, una fuerza mayor para afirmarse a sí mismo y mantenerse en lo que es y en lo que tiene”. Rousseau, J.J. : Del contrato social, libro I, cap. VI.
En este nuevo orden social racional y libre será posible erradicar el mal moral y la injusticia y realizar la perfectibilidad y la felicidad del hombre: su plena realización y salvación. Y ello como fruto de la acción que lleva a cabo su razón práctica.
Rousseau es el primer crítico de la civilización, en tanto que piensa que la civilización pervierte al ser humano. De este modo, la civilización aparece como un proceso que “desfigura” la naturaleza humana. En su Discurso sobre las ciencias y las artes Rousseau habla de la necesidad de iniciar el proceso de salida de la sociedad. Ahora bien, ¿qué se puede hacer si el proceso de evolución social es negativo?:
- Vivir al margen de la civilización: Rousseau abandona París y acaba viviendo en cabañas campesinas. En Las confesiones afirma que el sitio ideal para vivir es una isla en medio de un lago. En el fondo, aquí lo que hay es un exhibicionismo
asilvestrado: Rousseau busca que la gente le vea que ha abandonado la ciudad.
- Orientación política: Rousseau propone refundar el modelo de Estado y sociedad, de modo tal que no suponga una malogración para el individuo. Este es el objetivo del contrato social. Hasta ahora siempre que se había organizado el Estado bajo la estructura de poder y dominio consistente en la división de la sociedad entre dominadores y dominados.
La propuesta de Rousseau se cifra en generar un cuerpo político en el que la soberanía pertenezca a todos los miembros del cuerpo asambleario. Esto significa que todos son dominadores y dominados.
No estamos ante el modelo de Hobbes que consiste en una cesión de derechos sino que los individuos transfieren en un acto libre sus derechos naturales (esto es, su capacidad de poder a la Asamblea formada por todos ellos.
Aquí sale a la luz el carácter radical y utópico de Rousseau que consiste en decir que la democracia debe ser directa. Según Rousseau la representación vicia la democracia pero lo cierto es que esto es inviable en los Estados grandes. En definitiva, Rousseau defiende un modelo de Estado al estilo de los cantones. No olvidemos que Rousseau es de Ginebra, aunque por entonces no se ha conformado aún la confederación helvética,
Rousseau está acostumbrado a Estados minúsculos.
- Otro punto crucial para la concepción política de Rousseau es la necesaria supresión de los partidos políticos. Para el ginebrino, una Asamblea con partidos políticos está viciada porque la organización partidista impide que emerja en la Asamblea la voluntad general.
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