Explicación detallada de la revolucionaria reforma introducida en el gobierno aristocrático ateniense por Solón en el siglo VI a.C. y su impacto en el pensamiento político contemporáneo
El control político aristocrático, es decir, el dominio de los pertenecientes por nobleza de sangre a las capas más altas de la sociedad, comenzó a colapsar en Atenas en torno al siglo VI a.C.
Nuevos aires sedientos de libertad desmoronaron la justificación del poder basado en la mera sangre.
Solón -que mereció la honra de ser incluido entre los siete sabios de Grecia- surgió como pacificador de la situación cada vez más conflictiva entre los aristócratas y la nueva y pujante comunidad de comerciantes que se habían enriquecido notablemente gracias a sus negocios pero que no tenían absolutamente nada que decir en el control de la ciudad.
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Además, los campesinos -atenienses libres pero pobres- padecían cada vez más la presión de los terratenientes que les exigían tributos enromes a cambio de arrendarles las tierras que, si no eran satisfechos, acaban con ellos sometidos a la esclavitud.
La imposibilidad de hacer frente a las deudas debido a las malas cosechas hizo que cada vez más ciudadanos atenienses de pleno derecho fueran privados de su libertad y convertidos en esclavos.
En este contexto de agitación y malestar social, Solón – ciudadano de origen aristocrático- fue elegido arconte(término que significa literalmente gobernante y que deriva del término arché, poder de domino)en el año 594 a.C. momento en el que inició una reforma legal que buscaba reconciliar ambos bandos.
Sus famosas leyes, inscritas en una especie de tablillas giratorias llamadas áxones, expuestas en público al alcance de todos, se convirtieron en el eje que vertebraría la estructura social de Atenas y que la llevaría hasta la democracia.
El núcleo principal de la reforma legal de Solón fue la liberación de cargas. Por decreto, liberó a todos los atenienses de las deudas con sus señores sacando de un plumazo a decenas de miles de personas de la miseria. Es decir, literalmente condonó los prestamos y deudas de todos los ciudadanos permitiendo, con ello, que estos pudieran recuperar sus vidas y prosperar. Como si el gobierno nos quitara a todos mañana las hipotecas y nos entregara para siempre nuestras casas.
Su segunda medida, dirigida a atender a las demandas de los nuevos ricos que exigían papel político más allá de la sangre, consistió en iniciar unas reformas constitucionales por las que se reorganizaron las jerarquías sociales con un criterio que ya no era el clan o la nobleza sino la riqueza. Es decir, el poder del individuo o su relevancia en la sociedad ya no se heredaba por la sangre, ya no pasaba de padres a hijos por el mero hecho de existir, sino que la riqueza – derivada en su mayor parte de los esfuerzos comerciales – pasaba a regir una sociedad que daba los primeros pasos en la historia occidental hacia la libertad.
El momento que estamos reviviendo aquí, no es, por tanto, cualquier cosa, sino uno de los vectores históricos más importantes que nos han llevado hasta nuestros días.
Tomando como criterio la unidad de volumen empleada para medir los bienes de consumo, el medimnoatentiense que equivalía aproximadamente a unos 50 litros de capacidad, Solón dividió a la población en cuatro clases.
- Pentakosiomedimnoi: aquellas personas que tenían una renta anual de 500 o más medimnos. Eran habitualmente los generales y militares de alto rango.
- Hippeiso caballeros, que tenían una renta aproximada de 300 medimnos
- Los zeugitati, poseedores de una yunta de bueyes y con 200 medimnos
- Y los theteso asalariados que tenían las rentas inferiores.
Dependiendo de su posición económica, cada grupo podía participar y tenía voz y voto en la asamblea y, con ello, en la política y el destino de su ciudad. Esta división fue un golpe funesto para la nobleza al ser sustituido el sistema aristocrático por un modelo timocrático, es decir, basado en la riqueza y si bien no resulta del todo satisfactorio una un paso gigantesco que apartó a los griegos de las primitivas sociedades tribales de clanes y lazos sanguíneos.
Aunque criticables, las leyes de Solón aumentaron la justicia y el bienestar en Atenas permitiendo la movilidad social. Nada podía hacer una persona por cambiar su posición de nacimiento, pero el esfuerzo si que le podía permitir aumentar su riqueza y, con ello, su peso político.
Todavía no hemos llegado a la democracia, pero el poder comienza a distribuirse dejando de estar en manos de unos pocos. Movimiento que rápidamente llevará a los griegos a una nueva era.
Como suele pasar en estos casos, la estabilidad duró poco y finalmente Atenas cayó en manos de una tiranía liderada por Pisístrato, un aristócrata y antiguo colaborador de Solón.
Los tiranicidas, los dos personajes representados en la obra que tenemos delante, fueron considerados dos héroes atenienses porque llevaron a cabo el asesinato de Hiparco, el hijo del tirano Pisístrato que estaba llamado a continuar por linaje de sangre el gobierno autocrático de su padre.
Aristogitón era un ateniense de clase media cuyo joven amante Harmodio pertenecía a la nobleza. La hermana de Harmodio fue ofendida por Hiparco, el hijo del tirano, al no dejarla participar en las procesiones en honor a Atenea. Este hecho, y no el deseo de liberar a su pueblo, fue el que llevó a los amantes a idear un plan para terminar con Hiparco y, de paso, con la tiranía.
No les resultó difícil, dado el malestar del pueblo provocado por la tiranía Pisístrato, contar con varios cómplices. La idea era la de aprovechar el desfile de las panateneas, en el que no sería sospechosa la formación de grupos armados por ciudadanos que participaban en la procesión, para asesinar a los dos hijos del tirano, Hiparco e Hipias.
El día señalado, Aristogitón y Harmodio advirtieron que uno de los conjurados discutía en el cementerio del Cerámico con Hipias, que se hallaba rodeado de su guardia personal. Creyendo que éste les había traicionado, decidieron posponer el atentado. Pero en su camino de retirada, se encontraron con Hiparco, el hijo menor del tirano, que iba sin escolta y le apuñalron hasta darle muerte. Cuando acudió la escolta, Harmodio murió también en el mismo lugar mientras que Aristogitón se escabulló en un primer momento, pero fue apresado después.
Harmodio y Aristogitón son considerados como dos héroes y tratados como mártires de la libertad, tras el derrocamiento de Hipias, pese a que su tiranicidio estuviera provocado por razones personales.
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