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La diosa de las serpientes minoica

Actualizado: 4 abr 2019

Análisis detallado de una de las representaciones más célebres del arte minoico y de su significado simbólico: La dama de las serpientes


Elaboradas con la técnica de la fayenza destacan, entre las representaciones más señaladas de la escultura minoica, dos piezas artísticas que quizá sean uno de los ejemplos más paradigmáticos del arte minoico: las diosas de las serpientes, siendo las más famosas de ellas la conocida como Dama de las serpientesy su acompañante.


 

Antes de continuar con nuestro estudio de las diosas de las serpientes de la civilización minoica, si estás interesado en el arte y en la historia de este poderoso pueblo del Mediterráneo, te recomendamos este magnífico curso online que analiza toda la historia griega desde las primeras manifestaciones de las islas Cícladas hasta el helenismo.


¡Una verdadera joya que no debes perderte!


Aquí te dejamos, para que la disfrutes, un fragmento de la sesión dedicada a la simbología de las serpientes en el arte griego.





 

Se trata de dos figurillas femeninas de unos 30 centímetros de altura, ataviadas con la clásica falda larga minoica y los pechos al descubierto.

La que ha sido interpretada como figura principal, posee un muy reconocible tocado minoico en la cabeza rematado con lo que podría ser la figura de un felino y sujeta en las manos dos serpientes que nos muestra completamente dominadas y sin atisbo de temor. Casi las podemos ver retorciéndose en sus manos.

Su acompañante posee un tocado completamente diferente y en su caso, si os fijáis, las serpientes están enroscadas en torno a sus brazos y subiendo por su cuello hacia su rostro como es el caso de algunas manifestaciones campaniformes.

¿Serpientes? Pero… ¿por qué serpientes? A lo largo de las clases que hemos dedicado a los minoicos hemos visto muchísimas representaciones de animales, pero nunca hemos visto serpientes. ¿Qué pueden simbolizar estos animales en la alegre civilización minoica?

Dado que no conservamos relatos minoicos, nuestra fuente de información más cercana es la mitología de los griegos en la que la serpiente era el animal que simbolizaba de forma primaria lo ctónico, es decir, todos aquellos cultos ligados con el inframundo y la muerte.

La serpiente era el símbolo del dios Asclepio, el dios de la medicina dotado, según la tradición griega, con el poder de resucitar a los muertos, de ahí que uno de los símbolos de la medicina y a curación que podemos ver en todas las farmacias sea la serpiente.

Si bien la serpiente no posee un papel central en solitario en la mitología griega, si aparece frecuentemente bajo la forma de diversos monstruos híbridos pertenecientes a los albores de la aparición de los dioses olímpicos, es decir, a la era de la titanomaquiaen la que Zeus derrotó a los titanes para hacerse con el poder absoluto.




 

EL MITO DE TIFÓN


 

Un ejemplo es el caso de Tifón un colosal y espeluznante monstruo alado con una tamaño tan descomunal que podía alcanzar las estrellas. Tifón poseía por dedos cabezas de dragones y un innumerable número de serpientes brotaba de entre sus muslos.

Según relatan los antiguos mitos, Tifón podía abrasar todo lo que se le opusiese con su ígnea mirada, así como vomitar fuego y lava y con su fuerza crear huracanes y terremotos.

Tras obtener todo el poder divino después derrotar a su padre Cronos, Zeus no disfrutó inmediatamente de una vida de calma y paz sino que tuvo que reprimir algunos nuevos conatos de rebelión contra su reinado.

En verdad pocos eran los que podían desafiar al luminoso Zeus que mantenía su dominio sobre todo y ante todo, por la fuerza. En el canto octavo de la Ilíada, Homero nos dibuja a Zeus presumiendo de que “si todos los dioses y diosas agarraran un cabo de cuerda dorada y él otro, todos ellos serían incapaces de expulsarle del Olimpo, mientras que él, si se pusiera a ello, podría izarlos a todos junto con la tierra y el mar.” Homero, Ilíada,viii, 19- 27

Tifón fue, entre todos los adversarios de Zeus, sin duda, el más terrible ya que era tan inmensamente fuerte que pudo haber acabado con el poder de Zeus en solitario. Tifón era hijo de Gea, de la tierra y de Tártaro, el abismo del subsuelo, es decir, era un monstro de origen ctónico. Hesíodo, en laTeogonía, nos lo describe:

“De sus hombros nacían cien cabezas de serpiente, dragón terrible, aguijoneando con sus oscuras lenguas. De los ojos existentes en sus inefables cabezas, bajo las cejas, resplandecía el fuego. De todas sus cabezas brotaba el fuego cuando miraban.

En todas ellas había voces que lanzaban un variado rumor indecible; unas veces emitían articulaciones, como para entenderse con los dioses; (…) otras, los riguidos de un león de despiadado (…) otras silbaba y las enormes montañas le hacían eco.”Hesiodo teogonía 836-68

El enfrentamiento en entre Zeus y Tifón se dirimió en un espectacular combate en el que finalmente Zeus, con todo su poder, acabó lanzándole un poderoso rayo mientras que Tifón le rechazó expulsando sus llamas, hasta que la tierra, el mar y el cielo empiezan a a hervir y el mundo a convulsionarse de tal modo que incluso Hades, el dios de la muerte y todos los habitantes del tártaro temblasen en las tierras subterráneas. Los muertos, aquellos que ya nada tienen que temer, gimieron aterrados ante el titánico combate.

Finalmente Zeus logró golpear a Tifón y quemar sus muchas cabezas, lanzándolo definitivamente al oscuro abismo. Nada quedó de el en el mundo superior aparte de los vientos violentos y dañinos que conducen al peligro a los marineros e inundan la tierra. Los huracanes y tifones.




 

EL MITO DE PITÓN Y APOLO


 

Otra serpiente monstruosa de la mitología griega era Pitón que al igual que el monstruo Tifón también era hija de Gea. Todos los seres del inframundo nacen, en la mitología griega, de la oscuridad de la tierra.

Este segundo monstruo vivía en una gruta del Monte Parnasocerca de Delfos, de aquí toma su nombre la famosísima estación parisina.

Sin embargo, para desgracia de la serpiente Pitón, fue precisamente en las faldas de este monte donde Apolo decidió establecer su oráculo, no sin antes matar a esta monstruosa serpiente con una de sus flechas arrojando después su cuerpo sin vida a una grieta de la montaña.

El historiador Diodoro Sículo nos narra en que “pasado un tiempo, unas cabras que pastaban cerca del Monte Parnaso descubrieron la grieta. Cada vez que se acercaban y miraban en ella brincaban y balaban en un modo fuera de lo normal. El pastor, asombrado por lo que veía, se aproximó a la grieta para echar un vistazo.

Quedó presa del mismo fenómeno pero además adquirió un segundo don difícilmente comprobable en el caso de las cabras: tras mirar por la oscura grieta, el pastor podía ver el futuro.

Poco después la noticia de lo ocurrido se difundió entre todos los campesinos de la región que comenzaron a acudir en masa al lugar para comprobar si lo ocurrido era verdad. Efectivamente, cada persona que se acercaba a la grieta entraba en aquel estado de éxtasis. De modo que el lugar pasó a ser tenido por una tierra milagrosa capaz de predecir el futuro y su fama se hizo cada vez mayor.

Delfos terminó por convertirse en uno de los más importantes centros de peregrinación de la Antigüedad manteniendo su vigencia no sólo entre los griegos sino durante gran parte de la civilización romana hasta la llegada del cristianismo.

Pero como muchos de los peregrinos se tiraban por la grieta en pleno éxtasis, incapaces de controlar los espasmos del cuerpo, decidieron elegir una sola mujer para que se encargara de sufrir los trances, la célebre pitona o pitonisa de Delfos que subida a un trípode aspiraba los vapores que manaban de la grieta y entraba posteriormente en un profundo éxitasis.

Se creía, por tanto, que el espíritu de la serpiente Pitón había quedado atrapado dentro de la grieta, al servicio del dios Apolo. Las emanaciones que salían de la misma grieta eran, para los griegos, en realidad el espíritu de la Gran Serpiente, que ayudabaa a la pitoonisa a comunicarse con Apolo, de modo que las preguntas realizadas por los peregrinos a la joven eran escuchadas por Apolo mediante el espíritu de Pitón, y respondidas siguiendo el mismo proceso pero a la inversa.

La serpiente fue también uno de los símbolos clásicos empelados para referirse al tiempo y el mito de Apolo nos lo hace comprender. Los griegos no creían en un inicio temporal del cosmos ni en su final, sino que para ellos el mundo era eterno y por tanto, el tiempo infinito se representaba con un círculo o con el uróboroso serpiente que se muerde la cola. Así, en el mito de Apolo, la serpiente actúa como canal que conecta los tres momentos del tiempo permitiendo traer al presente lo que ocurrirá en el futuro. La serpiente vendría a ser, por tanto, la representación misma del tiempo.

Sin embargo, en la mitología griega, este animal representó muchos otros conceptos. Por ejemplo, estuvo relacionada con el renacimiento debido a su costumbre de mudar la piel, la sanación, la fertilidad, la eternidad y la inmortalidad además de considerarse un animal capaz de conectar, como acabamos de ver, a los seres humano con el mundo de las divinidades.

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