Explicación de los rasgos fundamentales que caracterizan a una de las ramas más tempranas e importantes de la historia de la filosofía occidental
La filosofía, tal y como esta fue desarrollada por sus primeros creadores, los filósofos griegos presocráticos del siglo VI a.C. se divide en diversas ramas que se distinguen entre sí por el objeto de su estudio.
Es decir, dependiendo del problema que cada área pretenda abordar (la belleza, la naturaleza, la política...etc) se hablará de un tipo de especialidad determinada, aunque siempre caracterizada por los rasgos comunes de toda filosofía que son la duda y el pensamiento crítico y libre.
Cada una de las ramas de la filosofía, sin embargo, no surgieron simultáneamente sino que aparecieron en distintos momentos de la historia a medida que la filosofía se enfrentaba a nuevos desafíos y problemas aumentando su campo de estudio.
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¿Qué es la ontología?
La ontología es una de las ramas de la filosofía más antiguas que fue desarrollada ya por los primeros filósofos, los presocráticos y llevada a su madurez por los pensadores del periodo clásico, Platón y Aristóteles.
¿Cuál es el objeto de estudio de la ontología?
Dicho de forma rápida y quizá un poco obnubilante, el objeto de estudio de la filosofía es el ser, o mejor dicho, todo lo que existe y los rasgos propios de su existencia. Dicho así, en principio puede que no signifique mucho para nosotros, pero mirada de cerca, la ontología es una de las ramas más interesantes de la filosofía.
Pero... ¿qué significa el estudio del ser? En sus primeros pasos por el pensamiento filosófico, los presocráticos se encontraron con una dualidad básica: verdadero y falso. Es decir, todos los conocimientos que componen la cosmovisión de una cultura se acumulan tradicionalmente hasta llegar a nosotros, pero no todos ellos son conocimientos bien fundados o ideas que hagan referencia a cosas realmente existentes.
Es decir, los presocráticos comenzaron a intentar determinar qué ideas eran verdaderas y cuáles falsas. Y no les faltó trabajo ya que la mitología griega estaba repleta de seres imaginarios.
Así si nos preguntamos por el tipo de ser que le corresponde a la idea de centauro veremos que se trata de un concepto que hace referencia a una cosa que existe sólo en nuestra mente, es decir, que no tienen una existencia extramental. De ahí podemos extraer, en primer lugar, por tanto, dos tipos de formas de entidad, dos modos ontológicos de ser: el
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