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Kant: juicio estético

Explicación detallada de la noción de juicio estético en la Crítica del juicio de Immanuel Kant




 

KANT: EL JUICIO ESTÉTICO


 


Cuando hablamos de la Crítica del juicio nos encontramos con un Kant viejo que se enfrentará al momento clave de su sistema, si el sistema del

espíritu funciona es ahora cuando se va a demostrar. De modo que la Crítica del juicio es la pieza clave que cerrará la sistematicidad del sistema del espíritu

kantiano.



 

Antes de continuar con el estudio de la noción de juicio estético en la obra de Kant, si estás interesado en la Historia de la Filosofía y en seguir profundizado en el conocimiento de las grandes figuras del pensamiento filosófico, te recomendamos los excelentes cursos ofrecidos por el



 


Estructura del sistema kantiano


 

Antes de entrar en la Crítica del juicio como tal, hemos de hacer referencia al sistema crítico que Kant ya había elaborado en sus obras anteriores.


La primera parte de este sistema es la Crítica de la Razón Pura en la que Kant muestra que una parte fundamental del espíritu que es la facultad de conocer, está regulada por unos principios a priori que se encuentran en el entendimiento y que permiten al hombre conocer la naturaleza de las cosas sin necesidad de acudir a una instancia superior, es decir, por su propia estructura.


Ahora bien, Kant ha mostrado que no solamente nuestro entendimiento es autónomo, capaz de gobernarse y de tener conocimientos ciertos de la

naturaleza sin la intervención de un Dios como el de Descartes o el de Leibniz, sino también nuestra vida moral.


Lo que mostrará Kant en la Crítica de la razón práctica será que aquello que regula nuestra voluntad de desear, aquello que da a los deseos del sujeto una instancia moral, son también unos principios a priori que tienen un carácter categórico y que se encuentran en la razón. De esta forma Kant convierte la vida moral en una acción práctica razonada, es decir, la estructura de la razón por su propia idiosincrasia incorpora el carácter imperativo.


Quiere decirse por tanto, que

laobediencia a la ley deja de ser una operación de carácter transaccional para ser obediencia a la ley misma por la ley misma, por tanto, lo que de

la ley es imperativo, no es algo exterior a la ley, no está en in interés posterior, en una plusvalía obtenida por la ley sino más bien en una estructura

de razón. De modo que lo que Kant ha hecho es quitar a Dios y así, seamos creyentes o no, nuestra vida moral permanece incólume.




 


La Libertad y la Necesidad


 

En la Crítica de la razón pura, Kant entiende que la naturaleza es un mecanismo ordenado sistemáticamente donde cada una de las partes está

orientada y determinada según leyes fijas. Por tanto, si el mundo de la naturaleza es el mundo de la necesidad, el orden humano es el mundo de la

libertad en el cual la razón también guarda estructuralmente unos principios que regulan la voluntad de querer. Ambos mund os a su vez deben

estar conectados, de lo contrario no podría explicarse cómo el hombre que se gobierna a sí mismo, puede estar al mismo tiempo en un mundo de

necesidad. Si no hay conexión, no hay sistema, pues la condición de un sistema es que todas sus partes se articulen en torno a un todo global.


¿A qué llama Kant espíritu?

Como sabemos, el término espíritu hace referencia a la dinamis que se encuentra implícita en cada ser humano y que constituye el principio de

movimiento en general. Junto a esto, Kant le dará al espíritu una connotación de principio del movimiento del saber. Cabe señalar que los

racionalistas no se preguntaron qué es el espíritu sino cómo funciona, dado que este espíritu es funcionamiento cuyas funciones recibirán el nombre

de facultades.


Así el espíritu tiene una facultad de conocer, una facultad de querer y también una facultad de sentir. Dentro de la facultad de conocer Kant indica

cuáles son las llamadas operaciones lógicas. Para los ilustrados las operaciones lógicas no son sólo operaciones de una determinada forma de pensar,

sino el pensar como tal, así el entendimiento será entendido como la capacidad de producir conceptos o conceptualizaciones. El siguiente paso de la

operación son los juicios, de modo que de la misma manera que hay una capacidad de conceptualizar que es el entendimiento, habrá una facultad de

pensar que recibirá el nombre de juicio o discernimiento. Esta facultad consistirá en enlazar conceptos de modo que cuando decimos 'Sócrates es

mortal' lo que hacemos es enlazar dos conceptos en función de un vínculo o cópula que es el verbo ser. Finalmente el encadenamiento de los juicios

da lugar a la argumentación o raciocinio que recibe el nombre de razón. Así, la facultad de conocer lleva implícita la facultad de conceptualizar,

juzgar y razonar.



 


Los tipos de juicio


 

Como sabemos un juicio es la conexión de dos conceptos mediante una cópula Cuando esta cópula no hace más que extraer las partes implícitas en

los conceptos, esta forma de copular recibe el nombre de análisis y los juicios derivados, el de juicios analíticos. Así un juicio analítico es la ligazón

de dos conceptos pero de manera que un concepto predica algo que ya está implícito en el otro . En este tipo de juicio nos encontramos la

cuantificación universal, siendo por tanto juicios de carácter universal, además son necesarios ya que su negación es imposible y aprióricos pues

tienen un carácter exterior e independiente de la experiencia entendida como esta condición según la cual nuestra sensibilidad es o no afectada.

Sin embargo este tipo de juicios tienen una desventaja ya que en última instancia no dan conocimiento pues en ellos lo único que hacemos es

simplemente desgranar lo que ya sabemos, lo que ya estaba implícito en el concepto. Así, si en los juicios analíticos la relación entre los conceptos es

deimplicación.


El segundo tipo de juicios a los que Kant hace referencia reciben el nombre de sintéticos, y la relación es la de un simple darse juntos, de reunirse.

Este tipo de juicios no son universales sino particulares, tampoco son necesarios sino contingentes pues su negación es posible y siempre son a

posteriori pues su origen está en la experiencia. Sin embargo estos juicios tienen la ventaja de que sí aumentan el conocimiento, nos proporcionan

información nueva no implícita en los conceptos.




 

Los juicios determinantes


 

Kant nos señala a continuación que estos dos tipos de juicio pueden reunir sus características en un tercer tipo de juicio híbrido que recibe el nombre

desintético apriori. Se trata así de un juicio que guarda la sinteticidadpero también el carácter aproórico, es decir, son capaces de ofrecernos un

conocimiento cierto sin necesidad de pasar por la experiencia. Estos juicios que pueden ser negados conservando sin embargo el carácter apriórico

son los juicios de la ciencia. A este tipo de juicios Kant los denomina determinantesdado que en ellos se subsume lo particular en lo universal de

modo que son ejemplificaciones de una ley. La existencia de leyes nos permite mediante su uso el conocimiento de la naturaleza.




 


Los juicios reflexionantes


 


En este punto Kant se pregunta si al hombre le cabe realizar la operación inversa, es decir, partiendo de juicios particulares llegar a leyes universales.

Si tal posibilidad puede darse, esta universalidad no puede surgir más que de la estructura del sujeto, hecho que nos lleva a afirmar que tal

universalidad es producto de una reflexión que generará los llamados juicios reflexionantes. Se trata de juicios que nos permiten pasar del orden

de la determinación de los particulares a las leyes universales, es decir que nos permiten dar un salto desde la necesidad a la la libertad, siendo por

tanto los juicios de la invención. Lo que un juicio de este tipo busca es transformar en regla o ley los particulares subjetivos del conocer.

En este sentido cuando alguien dice 'Esta flor es bella' no se refiere a su parecer particular sino que dicho sentimiento hace pensar que todo ser

humano en su sano juicio, por tanto de modo universal, deberá considerar que la flor es bella. Sin embargo ello no quiere decir que tal afirmación sea

verdadera o no, sino que simplemente hay una pulsión anímica, un movimiento del espíritu hacia la universalidad. Por tanto cuando decimos de

algo que es bello, estamos señalando que es univeralmentebello, de modo que este tipo de juicios tienen una demanda de universalidad que radica

justamente en el sujeto, en su reflexividad. En definitiva, si hay algún principio con un cierto carácter apriórico que esté en la facultad de juzgar y

que regule el sentimiento de placer y displacer, habrá que buscarlo en los juicios reflexionantes.



 

La propositividad


 


Llegados a este punto ante la cuestión de en qué contenidos de juicio buscar, Kant nos dirá que en la propositividad y por tanto en los juicios

reflexionantes acerca de la finalidad. Para entender qué es la propositividad hemos de tener en cuenta que para Kant eso que llamamos concepto, lo

que los medievales señalaban como la simple aprehensión intelectual de la esencia de una cosa, no es una simple operatividadsino el efecto de una

causa.




 


El objeto o todo propositivo


 


En el juicio 'Esto es una mesa' lo que tenemos es una conjunción hecha por la imaginación cuya tarea consiste en reunir los datos de la sensibilidad y

formalizarlos para generar un objeto que adquiere de esta forma un carácter subjetivo. Así, dicho objeto no es más que la reunión hecha por la

imaginación, un objeto imaginario cuya carácter subjetivo se debe al hecho de que mi sensibilidad lo ha puesto que recibe el nombre de todo

propositivo. La imaginación ha construido por tanto, una totalidad organizada de antemano de manera que la finalidad ha funcionado para construir

un objeto final que es el todo propositivo. La condición de posibilidad para que se haya podido construir dicho todo es que todas sus partes estaban ya

ordenadas hacia el todo, de modo que se trata de un todo final pudiendo afirmar que la finalidad actúa como desencadenate de la forma. En base a lo

dicho podemos entender que este todo propositivo depende absolutamente del sujeto y de su situación en el tiempo y el espacio, teniendo un carácter

meramente subjetivo.



 


El concepto o propósito objetivo


 


Sin embargo la mesa, no es ya un simple objeto de la imaginación sino que es ya un concepto que funciona como un todo cuyas partes vienen

ordenadas hacia una finalidad. Se trata por tanto de un propósito objetivo, es decir, el concepto está más allá del trabajo de la imaginación del

sujeto, pues tiene un carácter formal no ya subjetivo sino objetivo. En la Crítica de la Razón pura Kant nos dice que el entendimiento mediante el

esquematismo organiza espacialmente los conceptos que nos permiten un conocimiento cierto de la naturaleza. Nuestra afirmación inicial puede

enunciarse por tanto de una manera más compleja: Estetodo propositivo de carácter formal cumple la función de ser un propósito de carácter

objetivo material, y que por tanto ya no depende del sujeto.

Por tanto Kant nos habla de una finalidad objetiva que recibe el nombre de concepto y de una finalidad subjetiva que se denomina todo propositivo

u objeto.


A continuación nos habla de la existencia de todos propositivos que no tienen concepto y que forman los juicios estéticos, aquellos en los que se

junta una representación que hace la imaginación de los datos de la sensibilidad pero sin finalidad objetiva, es decir, sin tener en cuenta los conceptos

y por otro lado tenemos los jucios de conceptossin todos propositivos, es decir, juicios sobre la finalidad de la naturaleza que son los juicios

teleológicos.




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