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El influjo de Platón en la Antigüedad

La Academia de Platón estuvo abierta, casi ininterrumpidamente, durante 916 años. ¿Cuáles fueron las diferentes fases que atravesó a lo largo de este periplo?




Para que Platón pudiera llegar hasta nosotros, atravesando la convulsa historia de Europa, en primer lugar, tuvo que impresionar a sus contemporáneos y convencer a aquellos que compartieron con él su vida de la importancia de sus reflexiones. Los primeros encargados de asimilar su legado, convencidos de que esas ideas merecían la pena y debían seguir siendo enseñadas y preservadas, fueron sus alumnos y discípulos directos. En la Academia, Platón puso las primeras piedras de su leyenda.


 

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Platón fundó en Atenas una escuela privada alrededor del año 387 a.C., donde enseñó hasta su muerte en el año 347 a.C. Durante aproximadamente 40 años, sus ideas marcaron a muchas personas de diferentes orígenes e intereses. A sus clases asistieron jóvenes de familias aristocráticas de Atenas que buscaban una formación en filosofía y política para sus futuras carreras públicas. También se unieron alumnos interesados en matemáticas, astronomía y ciencias naturales, así como discípulos de Sócrates que deseaban seguir explorando sus ideas bajo la guía de Platón. Además, personas de distintas partes del mundo griego, atraídas por la fama de Platón y la oportunidad de aprender en una institución prestigiosa, se matricularon en la Academia.


El más insigne de estos alumnos fue Aristóteles, quien sería uno de los principales responsables de expandir la fama de su maestro y, a su vez, se convertiría en uno de los más relevantes e influyentes pensadores de la Grecia clásica. Aunque Aristóteles fue muchas veces crítico con las ideas de Platón y original en sus planteamientos, siempre expresó un enorme respeto y reverencia por la capacidad intelectual de su maestro.

Sin embargo, Aristóteles no fue el único discípulo destacado. De la Academia surgieron numerosas figuras filosóficas importantes que darían lugar a sus propias escuelas y líneas de pensamiento. Así, las enseñanzas de Platón inspiraron conclusiones y formas de entender la realidad extremadamente diversas.



Tras la muerte de Platón, sus seguidores comenzaron a construir su propia interpretación de las ideas platónicas, lo que dio origen a uno de los fenómenos más importantes para entender el gran influjo de este pensador en la historia de la cultura occidental: el platonismo.

El término "platonismo" se utiliza para hacer énfasis en la importante diferencia que existe entre las ideas originales de Platón, expuestas en sus diálogos, y las diferentes interpretaciones que se dieron a estas teorías a lo largo de los siglos. Por tanto, el platonismo se refiere a todo aquello que los filósofos posteriores han hecho o escrito inspirados por el pensamiento de Platón. Es un término paraguas bajo el cual confluyen las diversas interpretaciones que sus ideas recibieron durante los siglos de supervivencia de la Academia.

Es importante distinguir entre la filosofía de Platón y el platonismo, ya que, aunque este último esté basado en las enseñanzas de Platón, es un conjunto de interpretaciones que se han adaptado a diferentes contextos históricos.

La Academia de Platón, la escuela privada que fundó en Atenas, logró mantenerse abierta casi ininterrumpidamente desde el año 387 a.C. hasta que el emperador cristiano bizantino Justiniano ordenó su cierre en el 529 d.C., es decir, la escuela estuvo activa durante 916 años. ¡Todo un éxito!

Sin embargo, esto no significa que durante casi un milenio se enseñaran las mismas ideas o una única interpretación de Platón en la Academia. El platonismo fue un movimiento plural y multiforme, dando lugar a diversas corrientes, algunas de las cuales eran totalmente incompatibles entre sí.



Los dos primeros directores de la Academia, conocidos como escolarcas, Espeusipo y Jenócrates, mantuvieron más o menos intacta la doctrina platónica en su versión más original, mostrando un marcado interés por la teoría platónica de las formas y las especulaciones pitagóricas en torno a los números.



Sin embargo, alrededor del año 226 a.C., la Academia experimentó un cambio radical bajo la dirección de Arcesilao, uno de los principales representantes del escepticismo antiguo. Así, la Academia de Platón se volvió escéptica. Este cambio fue tan importante que algunos especialistas consideran que dio lugar a un nuevo periodo conocido como Academia Nueva o Academia Media, aunque esta denominación es controvertida.

El mayor cambio fue la afirmación de Arcesilao de que toda pretensión de alcanzar conocimientos seguros es infundada. Según él, ningún método puede llevarnos a la verdad, ni siquiera la dialéctica de Platón, sino solo a comprender que la verdad es inalcanzable por los esfuerzos intelectuales humanos.

Este escepticismo se vinculó con la Academia porque Arcesilao fue fiel al Sócrates histórico, o al menos al Sócrates que Platón muestra en los diálogos de juventud, donde ni él ni sus interlocutores logran conocimientos ciertos ni seguros, culminando siempre en aporías. Estos diálogos reflejan al Sócrates que afirma escépticamente: "Solo sé que no sé nada". Por ello, Arcesilao recomendaba la epojé, la suspensión del juicio, reconociendo los límites de la comprensión humana, tal como hacía Sócrates.

Este primer movimiento de la Academia fue el de abrazar el escepticismo, pero posteriormente, como se verá, desarrolló versiones extremadamente dogmáticas, simplemente porque sus sucesivos directores focalizaron la atención en diferentes aspectos de la doctrina platónica.

Esto demuestra lo inadecuado de hablar de “platonismo” en general o de “la filosofía de Platón” en abstracto, como si se tratara de un conjunto simple de ideas claras y definidas. La obra de Platón es diversa, cambió y evolucionó con el tiempo, abandonó algunas visiones y adoptó otras.



Después de más de un siglo de escepticismo, entre los años 88 y 68 a.C., la Academia entró en una nueva fase bajo la dirección de Antíoco de Ascalón. Este periodo suele considerarse como una etapa de decadencia, coincidiendo con un hecho que cortó metafóricamente la conexión de la Academia con su pasado griego antiguo: la conquista de Atenas por el general romano Sila el 1 de marzo del año 86 a.C. Tras un largo sitio, las tropas romanas saquearon la ciudad y confiscaron gran parte de los contenidos de las bibliotecas de la Academia de Platón y el Liceo de Aristóteles. Además, Sila ordenó talar los bosques sagrados y los olivos que rodeaban la Academia.

Este hecho se considera simbólicamente como el fin de una etapa y el comienzo de otra muy diferente, en la que la figura de Platón seguiría teniendo un peso importante, pero muy alterada por nuevas corrientes de pensamiento. Antíoco de Ascalón, el escolarca que presenció este fatídico episodio, se caracterizó por rechazar el escepticismo y fusionar el platonismo con ideas aristotélicas y estoicas. Durante esta época, el platonismo fue extremadamente ecléctico, influyendo en muchos otros sistemas de pensamiento, como la filosofía judía de Filón de Alejandría.



Filón de Alejandría fue un filósofo helenístico judío del siglo I d.C., que dedicó gran parte de su talento a intentar una síntesis entre el platonismo y la teología judía. El influjo de Platón en la obra de Filón es incuestionable, al igual que su originalidad al moldear las ideas platónicas para que encajaran con elementos de la tradición judía. Este esfuerzo se evidencia principalmente en su interpretación alegórica de la Biblia hebrea.

Filón adoptó, por ejemplo, la noción platónica de las Ideas, argumentando que el mundo sensible es una copia imperfecta de un mundo ideal de realidades eternas e inmutables. Sin embargo, interpretó la teoría platónica identificando a Dios como la Idea suprema, el origen de todas las demás. Esta misma interpretación se dio posteriormente en el cristianismo temprano.

Filón también dio un enfoque alegórico a la interpretación de la Biblia, buscando significados más allá de las palabras literales del texto. Estaba convencido de que los relatos bíblicos contenían verdades ocultas y simbólicas que solo podían ser comprendidas a través de la reflexión filosófica. Además, veía la creación del mundo según el relato del Génesis como una manifestación de las Ideas platónicas en la mente divina. Su obra influyó profundamente en el pensamiento filosófico judío y en el cristianismo temprano, así como en la siguiente fase de la filosofía platónica.




En el siglo II d.C., el platonismo había alcanzado tal nivel de eclecticismo que terminó evolucionando en una nueva versión conocida como neoplatonismo. El prefijo "neo" es pertinente, ya que se trató de una visión esencialmente nueva de la realidad, basada en algunas ideas fundamentales de Platón, principalmente sus ideas metafísicas. El neoplatonismo se convirtió en una de las corrientes filosóficas más influyentes de la historia occidental, especialmente debido a su impacto en los pensadores cristianos y musulmanes de la Edad Media.

La aparición del neoplatonismo está datada en la primera mitad del siglo III d.C., cuando Plotino, un pensador nacido en Egipto y educado en Alejandría, reformó el sistema de Platón para fusionar sus ideas con conceptos provenientes del misticismo oriental. Esta compleja fusión de elementos hace que el neoplatonismo parezca, en ocasiones, más una religión que una corriente filosófica, al afirmar, por ejemplo, que todo lo que existe procede de una entidad única conocida como "el Uno", trascendente, por medio de un proceso conocido como emanación.


Plotino consideraba, inspirado por el diálogo Fedón, que el alma es un principio vital que une al individuo con una realidad superior. Creía en la preexistencia del alma y en su caída a un mundo material inferior, y sostenía que el alma podía ascender de nuevo hacia lo divino a través de la filosofía y la contemplación, ideas genuinamente platónicas.


Además, Plotino sostenía que la tarea del ser humano consistía en intentar regresar a ese Uno mediante una unión mística, elevándose por encima de la razón a un estado de éxtasis, donde contemplar esa entidad única y primordial que la razón no puede conocer por sí misma. Estas ideas de Plotino fueron asimiladas prácticamente en su totalidad por los pensadores cristianos más importantes de los primeros siglos, pasando a formar parte de la descripción canónica de la divinidad y su relación con el mundo durante siglos.



A pesar de su influencia, todo llega a su fin, y los últimos momentos de la Academia de Platón no estaban lejos. Damascio, nacido en el año 470 d.C., fue el último escolarca, que tuvo que abandonar el cargo y Europa occidental después de que el emperador cristiano bizantino Justiniano decretara en el año 529 un edicto por el cual se prohibía a los paganos ostentar cargos públicos, enseñar y dirigir escuelas.

Este emperador es una figura extremadamente importante para la historia de la filosofía, ya que tras su llegada al trono decidió emprender una agresiva política religiosa con el objetivo de lograr la unidad religiosa del imperio bajo el cristianismo y eliminar todo rastro de paganismo. Una de sus principales medidas fue la prohibición de la enseñanza de la cultura clásica greco-romana, de los textos, leyendas y teorías del pasado precristiano.

Las leyes de Justiniano obligaron al cierre de todas las escuelas e instituciones que enseñaban filosofía griega en la región de Europa bajo sus dominios, incluida la Academia de Platón. Damascio y otros miembros de la Escuela decidieron abandonar Atenas y marcharse al Este, lo más lejos posible del poder de Justiniano, siendo recibidos por la corte del rey persa sasánida Cosroes I y llevando consigo muchos libros de la cultura antigua pagana, entre ellos, las copias que han logrado llegar hasta la actualidad de los diálogos platónicos, los tratados aristotélicos y otros fragmentos del legado filosófico griego.

Los intelectuales que escaparon se instalaron en Harran, cerca de Edesa (actual Turquía), donde crearon una escuela neoplatónica que duró hasta el siglo X. Los sabios griegos exiliados en Persia dejaron una semilla que, poco después, tras la expansión musulmana, fructificaría en un conocimiento directo de los textos de la cultura y filosofía griega que luego serían reintroducidos en Europa en el siglo XIII. Este punto es crucial, ya que si los pensadores árabes no hubieran mostrado interés por las obras clásicas, comenzando a recuperarlas, copiarlas y traducirlas, quizás este hubiera sido el fin de la filosofía griega, y no habría llegado rastro de ella hasta nosotros.


Para muchos autores, el año 529 representa el final de una época en la filosofía, la del paganismo antiguo, y el comienzo de otro tipo de pensamiento, basado en la fe y las revelaciones religiosas propias de la época medieval. Sin embargo, esto no significó que el nombre de Platón fuera olvidado, sino que sus ideas sobrevivieron, leídas y reverenciadas por los grandes intelectuales del medioevo, como se verá en la siguiente clase

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