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Biografía de Wittgenstein

Exposición detallada de la biografía del filósofo austríaco Ludwig Wittgenstein


El filósofo Ludwig Wittgenstein nació en el año 1889 y murió en 1951. En su vida de 62 años vio dos guerras mundiales y cambios culturales asombrosos. Su mundo natal era el Imperio Austro-Húngaro, pero para el tiempo de su muerte habían desaparecido todos los imperios del mundo, incluso él de los británicos, entre quienes vivió la última mitad de su vida.



 

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Su familia era muy rica y de alta cultura. Entre los huéspedes alrededor de la mesa familiar se encontraban Sigmund Freud, los compositores Johannes Brahms y Gustav Mahler y el artista Gustav Klimt. Su padre era un brillante empresario que estableció la industria de hierro y acero en Austria.

Era un hombre duro, y demandó mucho de sus hijos varones. Es posible que su personalidad explique el hecho de que tres de los cuatro hermanos Wittgenstein se suicidaran.


Ludwig estudió primero en la escuela de ingeniería en Berlín, donde encontró las obras de Heinrich Hertz, y después en Manchester, Inglaterra. Cuando estaba en Manchester desarrolló un cierto interés por los cimientos de la matemática y, con el objetivo de estudiar las bases de su fundamentación, viajó a Cambridge para consultar con Bertrand Russell.


Wittgenstein mantuvo muchas discusiones largas con Russell durante los tres años siguientes, que llevaron a Russell a darse cuenta de que él mismo no iba a

hacer ninguna contribución importante al avance de la lógica. Tal vez Wittgenstein llevaría a cabo su proyecto.



Al estallar la Primera Guerra Mundial, Wittgenstein se alistó como voluntario en el ejército austro-húngaro como soldado raso y trató de conseguir un puesto en medio del combate. Lo miró como oportunidad de probar su propio carácter.


Durante la guerra al parecer Wittgenstein tuvo algunas experiencias que impactaron profundamente en su carácter. Se relacionaba con dificultad con sus compañeros, porque ellos eran, por lo general, hombres de clase inferior, sin educación ni buena crianza. Ellos no entendieron nada del mundo en que Wittgenstein había crecido, y se burlaban de él y lo trataban con desprecio. Más tarde, cuando llegó a ser oficial, la situación se hizo aún más difícil. Tenía pocos amigos y no había nadie con quien pudiera compartir sus pensamientos más íntimos.


No sabemos mucho de los detalles de su vida emocional y espiritual durante ese tiempo. Solía apuntar sus pensamientos en cuadernos, a veces empleando una clave sencilla que aprendió como niño, pero parece que los destruyó después de la guerra, salvo algunos de los años 1914-1916.


En ellos encontramos pensamientos técnicos sobre la lógica entremezclados con otros sobre Dios, la ética y el significado de la vida. Lo claro es que cambió de fundamento su punto de vista alrededor de su propia vida. Durante la guerra, cuando se hallaba en un pequeño pueblo polaco, encontró en una librería El Evangelio en Breve de Leon Tolstoy, el cual tuvo un inmenso influjo sobre su pensamiento, sobre todo a nivel espiritual.


En este mismo periodo trabajó activamente en un libro de filosofía, lo que

hoy conocemos como Tractatus Logico-Philosophicus. Durante la guerra cambió la estructura del libro , reflejando el impacto de las experiencias del autor.


Parece que era un buen soldado, valiente hasta el punto de que llegó a recibir una decoración. Pero fue capturado por los italianos en las semanas finales de la guerra, y pasó casi dos años en un campamento de prisioneros en Italia.


Después de ser liberado del campamento de prisioneros, Wittgenstein trató sin éxito de publicar su libro. Regresó a Viena para visitar a su familia y para renunciar a su herencia. Después de la guerra era tal vez el hombre más rico de toda Europa. Renunció a su fortuna a favor de sus hermanas, de tal manera que fuera imposible que la recuperara.


Su contador describió su acción como "suicidio financiero." Ludwig quería

vivir libre de cargos mundanos lo más posible.

Convencido de que el Tractatus había solucionado todos los problemas de filosofía, decidió abandonar la investigación y convertirse en maestro de escuela en una pequeña ciudad de Austria. Encontró que la vida de un maestro de primaria rural era bastante difícil. La gente del pueblecito donde estaba no valoraba mucho la educación, y sus horizontes eran muy limitados.


Era un maestro exigente, que usaba el castigo de una manera que hoy parecería inaceptable. Pero animaba a sus alumnos más inteligentes a que continuaran su educación. Esto produjo algunos conflictos con los padres de los estudiantes, que querían que sus hijos fueran campesinos, como ellos.


En el verano de 1926 regresó a Viena y restableció relaciones con sus familiares, con quienes no había tenido mucho contacto desde 1913, cuando murió su padre. Dado que ya no tenía una profesión propia, aceptó ayudar a su amigo, el arquitecto Paul Engelmann con el diseño y construcción de una casa para su hermana Margarethe, que se había casado con el inglés Thomas Stoneborough. Wittgenstein y Engelmann eran amigos muy íntimos—Engelmann era uno de los pocos que había entendido lo importante de lo que Wittgenstein había escrito en el Tractatus. En una carta a Ludwig von Ficker, Wittgenstein le escribió que su libro se dividía en dos partes: lo escrito, y todo lo que no había escrito, que quedaba sin expresión. Esto, dijo Wittgenstein, era la parte importante.



Durante este período resumió otra vez sus contactos con el mundo de la filosofía. En aquel tiempo, Moritz Schlick, catedrático de filosofía en la Universidad de Viena, pretendió ser presentado a Wittgenstein. Schlick había leído el Tractatus, y le había impresionado mucho. Era el promotor de unas reuniones de estudiantes universitarios con intereses semejantes, que más tarde formarían el círculo de Viena. Entre ellos estaban Rudolph Carnap, Friedrich Waismann, y Herbert Feigl. Finalmente, por mediación de su hermana Margarethe, Wittgenstein y Schlick se encontraron.


Durante los años 1930-35 el punto de vista de Wittgenstein sobre los métodos y

resultados de la filosofía evolucionó, hasta que al final llegó a un modo de pensar

radicalmente distinto al planteado en el Tractatus, tal como veremos al tratar la

segunda parte de su pensamiento.

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