Estudio de la filosofía de Anaxágoras fundamentada en la teoría de las infinitas partículas materiales u homeomerías
Frente a la teorías propuesta por su antecesor, Empédocles, según el cual sólo cuatro elementos -fuego, aire, agua y tierra- bastaban para explicar la compleja diversidad del mundo natural, para Anaxágoras esta visión era incompleta.
La existencia de sólo cuatro sustratos básicos ponía en cuestión la consistencia ontológica de los cuerpos mixtos formados por ellos y resultaba insuficiente para explicar el pluralismo material. Por ello, nuestro filósofo consideró imprescindible hablar no de cuatro sino de infinitos elementos a los cuales la tradición bautizó como homeomerías.
Antes de continuar con nuestro estudio de las homeomerías en la filosofía de Anaxágoras, si estás interesado en este apasionante periodo de la historia de la filosofía -la etapa presocrática- te recomendamos estos excelentes cursos online que abordan, desde un punto de vista académico riguroso a la vez que ameno, de forma completa esta fase del pensamiento griego.
¡Una verdadera joya que no debes perderte!
Puedes ver el curso en su página web o directamente en su canal de Youtube. A continuación te dejamos el link a la lista de reproducción de todos los capítulos:
Aquí tienes dos ejemplos de sus clases dedicadas, precisamente, a la filosofía de Anaxágoras:
Por tanto, frente a Empédocles, para Anaxágoras, todos los tipos de sustancias existentes que podamos ver y que podamos concebir, son en sí mismos elementos.
¿Qué quiere decir con elemento?
Que se trata de partículas materiales, físicas, eternas e inmutables. Es decir que sus propiedades no desaparecen y que no son fruto de ninguna combinación elemental.
Así, por tanto, para Anaxágoras las cosas son mezclas de estas homeomerías y de todas las demás semillas que existen en el cosmos en una cantidad infiita. Es decir, hay tanto un número infinito de clases o tipos de elementos como de ejemplares de cada uno de ellos.
De ahí que, según Anaxágoras en todas las cosas, en el interior de todo lo existente, es posible encontrar todos y cada uno del resto de tipos de elementos existentes.
Y así lo explica Aristóteles:
"Decía (Anaxágoras) que en la misma semilla hay pelos, uñas, venas, arterias, nervios y huesos que resultan invisibles por la pequeñez de sus partes.
Pero al crecer se van dividiendo poco a poco. En efecto, dice, ¿cómo se generaría el pelo de lo que no es pelo y carne de lo que no es carne? Y hace esta afirmación no sólo acerca de los cuerpos, sino también de los colores, pues hay negro en lo blanco y blanco y lo negro. Lo mismo suponía también respecto a los pesos, al opinar que lo ligero está mezclado en lo pesado y éste a su vez con aquél."
Con este breve fragmento de Aristóteles llegamos a la celebérrima frase de Anaxágoras de que "todo está en todo". Con ella nuestro físico nos quiere mostrar que si bien las cosas a primera vista nos parecen formadas por composiciones completamente diferentes, de hecho reciben nombres diferentes basándose en su composición, en el tipo de home homilías que predominan.
Sin embargo, esto no es exactamente así. Según Anaxágoras, en un trozo de madera no encontramos solamente homeómeros de madera, sino todas las clases de homeomerías posibles.
En un simple trozo de madera hay también cuarzo, agua, fuego, plomo, carne, pero simplemente en una menor cantidad que la madera.
De ahí que aquello que en cada cuerpo está en mayor cantidad, sea lo que finalmente se manifieste a nuestros ojos como madera, carne o cuarzo. Por tanto, todo está en todo.
La naturaleza, según Anaxágoras, es un absoluto mestizajes de todos estos infinitos elementos. No hay en el cosmos sustancias puras, sino que en absolutamente todo hay una pequeña porción material de todo lo demás.
La diversidad es, por tanto, la esencia de lo natural, una idea que, sin embargo, si prestamos atención, viene a apoyar ese cosmopolitismo que veíamos al comienzo de nuestro estudio de Anaxágoras, ya que esta idea de una física mestiza y mezclada impide depender, como es evidente, cualquier distinción entre las cosas, pero también entre los seres humanos, basada en supuestas diferencias de sangre, de raza, de superioridad.
La física de Anaxágoras nos obliga a considerar que todos somos iguales, porque en realidad todos estamos hechos exactamente de lo mismo. Así que esas viejas justificaciones del orden social, literalmente empezaron a palidecer ante las nuevas ideas físicas propuestas por Anaxágoras, que nos dicen que todo en realidad está hecho de lo mismo, de una infinita cantidad de partículas, que todo está en todo.
Siempre debemos recordar que la física no es ni ha sido a lo largo de la historia de Occidente, algo ajeno a la política o al desarrollo de los pueblos. No hemos ido viendo a lo largo de muchos de nuestros cursos en el Renacimiento. La modernidad, cambios aparentemente inocentes en ámbitos como la astronomía o la cosmología, han generado enormes revoluciones, revoluciones colosales que han impactado directamente la vida práctica y cotidiana de los seres humanos.
Revoluciones que han derrumbado gobiernos, estados, religiones y han generado nuevas ideas acerca de los derechos y deberes de la humanidad. No sería, por tanto, correcto decir eso? A mí estas cuestiones de física, de filosofía, de la naturaleza, a mí no me interesan. A mí lo que me gusta es la ética y la política, porque realmente estaríamos haciendo el ridículo. Por qué estas dos cosas son absolutamente inseparables en el desarrollo occidental? Todos los filósofos han tenido claro que para poder determinar qué puede y qué debe hacer el ser humano, primero habría que hacer una profunda investigación de qué es el ser humano y por tanto, como parte de la naturaleza, que es entender primero qué es la propia naturaleza y el cosmos en el que vive.
¿Qué tipo de realidad habita el hombre y por tanto, esa realidad? Qué cosas le permite hacer?
Las bases de la política y la ética son inevitablemente física y ontología. Vayamos ahora a nuestro último fragmento acerca de los homo meros de Anaxágoras, que, como enseguida vais a ver, os va a generar una enorme sorpresa, porque vamos a poder comprobar cómo Anaxágoras, basándose en su visión reformada de la naturaleza, va a extender ese increíble cosmopolitismo prácticamente a toda la realidad.
Atentos, por tanto, a lo que nos dice en esta situación. Es preciso pensar que en todos los compuestos hay muchas y variadas cosas. Fijaros si esto es así, si en toda la materia que existe en todo el cosmos hay un poco de todo lo demás, probablemente lo que nosotros vemos aquí en nuestro pequeño planeta no es exclusivo de este lugar del universo, sino que quizá haya podido darse también en otros lugares.
Atentos a la teoría de la pluralidad de mundos introducida por Anaxágoras en esta situación
"Por tanto, es preciso pensar que en todos los compuestos hay muchas y variadas cosas, así como semillas de todas las cosas poseedoras de variadas formas, colores y sabores, y que se han configurado atentos allí también hombres y los demás animales que poseen alma. En otros lugares del cosmos. Y que los hombres allí tienen también ciudades habitadas y campos cultivados como entre nosotros, y que también tienen un sol, una luna y lo demás como entre nosotros. Y que la tierra les produce también muchas y variadas cosas de las cuales aquellos atesoran en su morada las más útiles y las usan.
Hasta aquí mi relato de la separación, porque no sólo entre nosotros se produciría esta separación, sino también en otros lugares."
Comments