Conciencia, libertad y el fundamento problemático de la ética
La ética se sostiene sobre tres pilares fundamentales: la voluntad, el poder y, como ha sido introducido en esta clase, la conciencia. Esta última es indispensable para la responsabilidad moral: solo cuando un agente actúa de forma deliberada y con plena conciencia, puede ser considerado éticamente imputable. La conciencia, sin embargo, no es unívoca, sino que presenta una doble vertiente —interior y exterior— y actúa como un foco que no puede iluminar todas las acciones simultáneamente. A ello se suma la cuestión de la autoconciencia, que complica aún más el análisis ético: no basta con saber que se actúa, sino que es necesario reconocerse como el origen de la acción.
¿Qué aprenderás en esta clase?
Esta sesión aborda una de las cuestiones más desafiantes de la ética contemporánea: la libertad humana. Partiendo de los experimentos de Libet y otros científicos del siglo XX, se plantea si nuestras acciones son verdaderamente libres o si están determinadas inconscientemente por mecanismos cerebrales. A través de un recorrido por distintas posiciones filosóficas —desde el determinismo hasta la extensión de la libertad a otros animales— se muestra que hablar de ética implica asumir un posicionamiento metafísico fuerte. A partir de esta clase, se trabajará con la hipótesis de que el ser humano es libre, voluntario y consciente, base compartida por las tres teorías éticas que se estudiarán: la aristotélica, la kantiana y la utilitarista.
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