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Centro de Estudios Filosóficos

ALÉTHEIA

Clase 21: El influjo de la religión órfica
sobre el pitagorismo
 

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RESUMEN DE LA SESIÓN:

 

La defensa por parte de Pitágoras y sus seguidores de las tesis estudiadas en la sesión anterior, -como el vegetarianismo o la creencia en la reencarnación y salvación del alma-, resultaba absolutamente escandalosa e inquietante para sus contemporáneos ya que defendía ideas ajenas y radicalmente opuestas a la tradición mitológica griega y a la religión olímpica que se cultivaban en la  Hélade.

La gran pregunta que surge inmediatamente ante estas originales creencias es, ¿de dónde sacó Pitágoras su nueva visión del mundo y del ser humano?

Al comienzo de la sección dedicada a la figura de Pitágoras pudimos estudiar con detalle los viajes de juventud de nuestro filósofo y el profundo influjo que Oriente dejó sobre su pensamiento. 

 

No obstante, si analizamos con más detalle los textos de los fragmentos y noticias conservadas, más allá de Egipto o Mesopotamia, es posible advertir que entre todas las fuentes que inspiraron al gran Pitágoras hubo una religión en especial que los historiadores consideran como la piedra de toque para explicar toda la mística del protagonismo: el orfismo.

Explicar, sin embargo, qué fue exactamente la religión órfica es una de las tareas más arduas para los estudiosos del período griego ya que esta atípica forma de espiritualidad aglutinó una amalgama tan diversa y heterogénea de creencias que es absolutamente imposible hablar de un culto unificado.

El orfismo no fue, por tanto, una única religión sino más bien una suma de corrientes que aparecían y desaparecían, que se fundían y que se separaban a lo largo del tiempo hasta mediados del siglo III a.C.

De hecho, el conocimiento académico sobre el orfismo ha sido realmente vago y muy impreciso, basado más en las intuiciones y suposiciones de los historiadores que en verdaderas pruebas empíricas. 

Sin embargo, la inesperada aparición de un conjunto de testimonios arqueológicos a mediados del siglo XX, de un verdadero tesoro preservado en el tiempo, ha permitido aumentar exponencialmente nuestro conocimiento acerca de la religión órfica en muy pocos años y disponer materiales solventes sobre los que trabajar.

Las pruebas arqueológicas más importantes para el estudio del orfismo son tres. En primer lugar las laminillas áureas -Hiponion, Petelia, Farsalo, Turio, Tesalia y Eleuterna-, en segundo lugar, las laminillas de hueso de Olbia y finalmente el celebérrimo y famosísimo papiro de Derveni.

Dedicaremos esta sesión a su lectura detenida de estos testimonios arqueológicos así como a la comparación de las creencias órficas con los principios de la religión olímpica mediante la lectura de fragmentos escogidos de la Odisea

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